12.6.09

El Hijo Adoptado ¿Un Paradigma?

El hijo adoptado ¿un paradigma?

Lic. Ivonne Rozenberg Abordaré la hipótesis de que tanto los hijos biológicos como los adoptivos tendrán un derrotero en la vida, resultado del interjuego de múltiples elementos, conscientes e inconscientes, no siendo la adopción la que engendre per se patología. Es por su historia, los lugares que ocupan en las triangularidades, padre, madre hijo y la articulación de identificaciones, lo que hace que puedan enfermar igual que los hijos biológicos. Un hijo adoptado se configura como un caso particular y singular como todo hijo. Un hijo se constituirá como tal, de acuerdo a lo que transcurra entre los padres y ese hijo, más allá que haya sido o no engendrado por éstos. Es decir que dependerá no solamente del interjuego del hijo con los padres y de ellos con el hijo, sino de todas las historias familiares en juego, del entramado presente en la vida de la pareja para otorgarle a un hijo adoptado o biológico, un determinado lugar. Considero también como parte de la trama, y por lo tanto incidiendo en la situación, el ideal social, que otorga sobrevaloración a la paternidad biológica y una serie de mitos respecto de los hijos adoptivos como: dificultades de aprendizaje, excesiva agresividad, hijo difícil, abandonado, con situaciones traumáticas. Estos mitos, conjunto de creencias que actúan como organizadores sociales, son constitutivos de la subjetividad de las personas singulares. Son mitos que atraviesan y se entrecruzan con la novela familiar del hijo adoptado, dando cuenta del ideal social en la subjetividad. Lo particular: las articulaciones que establecen los padres con sus hijos, repitiendo sus historias edípicas, y lo social con sus mitos estructuran una red que da sentido al lugar de ese hijo adoptado. Hay así una significación propia que la esterilidad biológica produce en el deseo de los padres y también el significado propio de la procreación. Los padres adoptantes que se posicionan en el lugar de no poder en oposición a los que sí pueden, como situaciones diferentes y contradictorias, producen una división tajante entre unos y otros. El reconocimiento de lo arcaico que esta situación evoca, permite la posibilidad de la discriminación comenzando así, el camino a veces, largo y difícil, de la búsqueda del tercero. Para realizar la adopción, partimos de una especial situación que atraviesa una pareja que no ha podido engendrar biológicamente un hijo. La herencia es uno de los aspectos preponderantes en adopción, considerando como fundamentales: no sólo el equipo genético que tiene el hijo adoptado sino también las vivencias de los padres al respecto. La preocupación que muchos padres tienen por lo hereditario, muestra el atravesamiento del mito social y las historias personales. En las experiencias que compartirán con su hijo adoptado se otorgarán como distintos, dada la originalidad de su propia historia. Es lo que incidirá y caracterizará lo vincular y no la adopción en sí misma. Algunos padres que tienen lo biológico como ideal, generan situaciones de vivir a su hijo como extraño negando la historia anterior que subyace. Otros temen a la herencia patológica, no sólo respecto de lo somático sino de las perturbaciones psíquicas. Otros, que se convierta en intruso e impida las posibilidades de ser aceptado por el resto de la familia, tíos o abuelos. La consideración de lo genético, color de ojos, cabello, piel, como baluarte, fuerza a los padres adoptantes a desplegar una modalidad de función paterna, estructurando un proceso de discontinuidad entre lo biológico y la adopción. El tema del hijo adoptado y biológico, abre un gran tema: ¿Qué es ser padres? ¿Se es por la función y se construye a lo largo de la vida, desde que se nace?, ¿o se es padre por el solo hecho de un acto de procreación? Freud le da mucho peso teórico y clínico a las series complementarias porque no hay un solo elemento definitivo y definitorio, sino que es el interjuego entre todos los elementos. Justificar la diferencia y un determinado modo de ser de un hijo adoptado por la incidencia de algún aspecto hereditario, mítico, o primitivo del hijo, puede ser el intento de los padres adoptivos de quedar exentos de la responsabilidad de la caracterización de ese hijo como resultado del interjuego vincular. Entonces, describir al hijo adoptado como paradigma, como un modelo, tipo o patrón al que responderá en todos los casos, inmoviliza, empobrece y obvia el despliegue inmanente y la creatividad del interjuego de todos los elementos que dan sentido y significada a cada vida. Articularé la teoría con una breve reseña clínica. Se trata de un matrimonio que había adoptado un niño recién nacido y consulta cuando éste tiene 4 años, por no poder revelarle su origen: en el momento que surge desde afuera un dato que los conmueve: La maestra del jardín de infantes de Omar está embarazada y se lo comunica a los niños. Omar llora y no quiere concurrir a la escuela. Durante las entrevista relevo: La forma en que ellos se manejan como padres frente a situaciones que presenta Omar, y la relación con sus historias personales. Frente a la pregunta: ¿Cómo nacen los bebés?, la madre evitaba hablar de ella en relación con Omar respecto del embarazo y nacimiento, contestándole cómo nacían los gatitos, los perritos o utilizando cuentos como por ejemplo el del “Patito Feo”. Marisa, maestra –al decir de ella, segunda mamá-, fue criada prácticamente por su abuela que era viuda y vivía en su casa ya que su madre trabajaba. Ricardo pasaba largos períodos en colonias de vacaciones y en la casa de una tía, porque su madre estuvo algunos años deprimida por la muerte de una hermana. La incidencia de las historias personales de ambos integrantes de la pareja, impedía considerar a su hijo adoptado como tercero discriminado. El emergente de estas situaciones es para mantener la coexistencia de versiones y situaciones encontradas, donde se sortea la explicación directa del origen del niño, para el sostenimiento de la ambigüedad. ¿Cómo interpretamos este material clínico? O entendemos que la crisis familiar surge como reacción a un hecho biológico de la maternidad tomado como paradigma, o surge frente a una explicación unívoca e inequívoca, una sola versión de la maestra: embarazo y verbalización. Es decir que la crisis se produce por la ruptura de los lugares ilusorios que les otorga la relación intersubjetiva del sistema familiar, la pérdida del abanico de posibilidades que les brinda la ambigüedad.
Lic. Ivonne Rozenberg


*Lic. Ivonne Rozenberg. Psicóloga Clínica U.B.A. Egresada del Plan Curricular de la Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados Psicóloga Mediadora: Curso de Entrenamiento y Pasantías para Formación de Mediadores.
Programa Homologado por el Ministerio de Justicia de la Nación Argentina. Certificado del Instituto Convivencia. 1999. -
 Socia Activa de la Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados. - Coordinadora del Área de Fecundación Asistida y Adopción de la Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados. -
Socia fundadora de la Revista Claves en Psicoanálisis y Medicina hacia la Interdisciplina. - Coordinadora de Grupos de terapia de la Tarea (con dispositivo Balint)

E.mails: ivonne@lic-rozenberg.com.ar


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