1.6.11

UNICEF Panel " Un Grupo Singular de Adolescentes Embarazadas"

Fundación Argentina para UNICEF


Terceras Jornadas Nacionales e Interdisciplinarias
Sobre “Niño, Familia y Sociedad”


Organizado por la Asociación Argentina para UNICEF


AÑO 1986

Panelistas:
Esther Romano,  J. Caferatta, Aurora Perez, Susana Dupetit,
E. Mandelbaum, Susana N.Vignolo



“Adolescencia y Embarazo”


“Un grupo singular de adolescentes embarazadas”


Autor: Lic. Susana N. Vignolo


“… siento terribles dolores cuando los brutos esos andan por mis cuartos con sus hierros golpeando las paredes. Dolor y vergüenza. Me avergüenzo de que me vean así, mugrienta, sórdida (…)La huella de los pecados que aquí se cometieron ha quedado en mi, ensuciándome, corrompiéndome, quitándome poco a poco, habitación a habitación, todo lo que contuve de gracia, de belleza, de brillo.


……………………………………………………………………………………………………..


Tristán…ya…no…veo…nada…ya…no…soy…¿adónde?...¿qué?...


La Casa de Manuel Mujica Láinez



La finalidad de este trabajo es poder compartir reflexiones que han ido surgiendo en la tarea que vengo desarrollando con pacientes embarazadas adolescentes, que reúnen en sí mismas, características que considero son singulares.


A partir de la conceptualización del perfil psicológico de la “adolescencia normal”, he ido delineando hipótesis que considero permitieron un acercamiento a la comprensión de la conflictiva que atraviesa la adolescente embarazada; y de esta manera poder instrumentar técnicas que operaran dando sentido, o que les permitiera coherentizar una experiencia que en lo que a la adolescente implica, reviste características desestructurantes.


La UNESCO, define la sexualidad humana “ …no sólo como un medio de reproducción sino también, de relaciones de enriquecimiento interpersonal, promueve responsabilidades y autodeterminaciones sobre la base de actitudes y comportamientos de acuerdo a las necesidades del mundo actual…”.


La definición sobre sexualidad del Diccionario de Psicoanálisis de Laplanche y Pontalís dice “ … la palabra sexualidad no designa solamente las actividades y el placer dependientes del funcionamiento del aparato genital, sino toda una serie de excitaciones y de actividades, existentes desde la infancia, que producen un placer que no puede reducirse a la satisfacción de una necesidad fisiológica fundamental (respiración, hambre, función excretora, etc.) y que se encuentran también a título de componentes en la forma llamada normal del amor sexual…”


Una de las extensiones del término es, sobre todo la que ha ampliado el campo de lo que nosotros los psicoanalistas llamamos sexual y es la consideración de la existencia de una sexualidad infantil, que Freud ve actuar desde el comienzo de la vida, en busca de procurar/se placer (succión del pulgar) independientemente del ejercicio de una función biológica. Es en este sentido que hablamos de la sexualidad oral, anal, etc.


Una de las formas de entender los alcances del término, es que la ampliación del campo de la sexualidad condujo a Freud a intentar determinar los criterios de lo que sería específicamente sexual en estas diversas actividades. Así, quedó señalado que lo sexual no puede reducirse a lo genital. (1)



Este problema fue abordado por Freud en los capítulos XX y XXI de las Lecciones de Introducción al Psicoanálisis, en los que se plantea: “… Por qué os obstináis en denominar sexualidad estas manifestaciones infantiles que vosotros mismos consideráis como indefinibles y a partir de las cuales se constituirá más tarde lo sexual? ¿Por qué no decís, contentándoos con la simple descripción fisiológica, que se observan ya en el lactante actividades que, como el chupeteo y la retención de los excrementos nos muestran que el niño busca el placer de órgano?...”


El postular que las propias actividades infantiles son sexuales, supone avanzar un paso más; para Freud, lo que se encuentra al final de un desarrollo que podemos reconstruir paso a paso debe encontrarse, por lo menos en germen, desde el principio.


Otro aporte sería el de las fantasías originarias, con las que Freud, designa apelando a la “explicación filogenética, ciertas fantasías ( escena originaria, castración ,seducción), que pueden encontrarse en todo individuo y que informan de la sexualidad humana.


Freud opone cierta reserva con respecto a una concepción puramente genética y endógena de la sexualidad, sobre todo una vez reconocida la existencia de una sexualidad infantil, en el papel que le contínúa atribuyendo a la seducción.


Laplanche y Pontalís:”…la seducción es una escena, real o fantasmática, en la cual el sujeto (generalmente un niño) sufre pasivamente, por parte de otro (casi siempre un adulto), insinuaciones o maniobras sexuales. Esta teoría, elaborada por Freud entre 1895 y 1897, fue abandonada posteriormente; atribuía un papel determinante en la etiología de las psiconeurosis al recuerdo de escenas reales de seducción.


La seducción fue un descubrimiento de Freud, proveniente de la clínica. Esquemáticamente , esta teoría supone que el trauma se produce en dos tiempos, separados entre sí por la pubertad.


El primer tiempo es el de la seducción propiamente dicha.


La define como un acontecimiento “sexual” “ presexual”; el acontecimiento sexual es producido desde el exterior a un sujeto incapaz aún de emoción sexual ( ausencia de las condiciones somáticas de la excitación, imposibilidad de integrar la experiencia)2.


La escena en el momento de producirse, no es objeto de represión. Sólo en un segundo tiempo, un nuevo acontecimiento, que no comporta necesariamente una significación sexual en sí mismo, evoca por algunos rasgos asociativos el recuerdo del primero.


Se nos ofrece aquí, dice Freud, la posibilidad única de ver cómo un recuerdo produce un efecto mucho mayor que el acontecimiento mismo. El recuerdo es reprimido en virtud del aflujo de excitación endógena que desencadena.


La seducción produce “un susto sexual”.


Si bien estas consideraciones las abandonó por dudar de la veracidad de las escenas de seducción; hasta el fin de su vida no dejó de sostener la existencia, frecuencia y el valor patógeno de las escenas de seducción efectivamente vividas por los niños.


Es así que Freud jamás se decidió a considerar la fantasía como la simple eflorescencia de la vida sexual espontánea del niño. Buscará en cambio, continuamente, detrás de la fantasía, lo que ha podido fundarla en su realidad.




Estructuración de una Identidad Femenina


Emilce Dio Bleichmar postula “que existe claramente una feminidad temprana por identificación primaria y / o especular con la madre, a la cual la niña conocerá, definirá y nombrará empleando el mismo discurso cultural por el cual se conocerá, definirá y nombrará a sí misma.


Discurso que no hará más que redoblar los enunciados a través de los cuales la madre se define a sí misma e identifica a su hija como su doble… (p.23, 24) “ Feminidad primaria (…) que en la intimidad de los cuidados del placer y del amor y en las reducidas dimensiones en que la madre reina(3), el niño/a puede edificar la idea de una feminidad a la cual no le falta nada…”.


“La condición maternizante viene dada por la cultura en esa ligazón afectiva y primera del niño y su madre, en un proceso mutuo de incorporación,mutuo por su especularidad, en el que cada uno reconocerá aspectos propios, y determinará desde esos tempranos modelos de relación la mayor parte de los patrones que rigen la feminidad y la masculinidad.


En ese primer momento de constitución y desarrollo del vínculo, un enlace narcisístico en donde retomando a E.Dío Bleichmar “… la feminidad primaria parece transcurrir ideal, imaginaria y fantásticamente, al margen de toda significación masculina para la niña… “ Por ello es que “…puede constituirse en una de las condiciones fundamentales de su Yo Ideal, de su sistema narcisista. Tanto la niña como la madre gozarán de un tiempo en el que la representación de la mujer en tanto género será sede del poder…”.


Posteriormente el complejo de castración marcará la pérdida del ideal femenino primario, con el consecuente trastorno de su sistema narcisista. Dice E. Dio Bleichmar que el interrogante mayor a dilucidar será cómo se las arregla la niña para desear ser una mujer en un mundo paternalista, masculino y fálico…Su condición femenina se ve trastocada, pasa a ser y sentirse deficiente e inferior. “Pero si esta metamorfosis tiene lugar es porque el núcleo de identidad de género se halla firmemente constituído; la castración ni origina ni altera el género, sino que lo consolida.


Lo que sí compromete, organiza y define es el destino que la niña dará a su sexualidad.


Partiendo de estos lineamientos teóricos sostengo que en la adolescente embarazada existe un profundo disbalance narcisista ya que en el proceso que debió realizar de identificación con la figura materna, tanto como rival, como por anhelada como ideal; si ha encontrado obstáculos para tomarla como modelo, puede darse una desidentificación de esos aspectos no logrados por esta madre posibilitadora de ser consideraba por su niña como objeto ideal, y pueda localizar su ideal en el hombre.


Una postura que sustento, es tomar el término hombre, en una acepción más extensa; antes dije mundo paternalista, masculino, fálico, parafraseando a Emilce Dio Bleichmar.


Ese mundo en el que la niña se introduce, con la pregnancia que va modelando su curiosidad con el ingreso a la escolaridad; así como la producida por los medios masivos de comunicación dados por la cultura ( desarrollada en las grandes ciudades) ( Dejo aquí señalado que la población de adolescentes que atendemos proviene de distintas provincias)-; determinaría una necesidad de desplazamiento motor y psíquico, de búsqueda del ideal, como proyecto narcisizante de sí misma, pero focalizadas en la obtención de bienes materiales, con lo cual suponen lograrían revestir pseudonarcisísticamente sus personas.


Este proceso se interrumpe cuando se antepone una realidad exigente, descalificadora y denigratoria, cargada de violencia social, que una vez más frustra, dando lugar a la desilusión narcisista. Surge acá el sentimiento de soledad y desamparo, en que, ni lo obtenido antes en ese proceso identificatorio con la madre que no pudo cumplir con sus propios ideales, porque tampoco ella los tuvo; ni este mundo objeto de sus anhelos, que en sus exigencias la sobreadapta a un modelo que tampoco es el que busca.

Este sería el momento crucial que puede desencadenar la presencia de un embarazo, embarazo como hecho fáctico, pero que en realidad remite a un entrecruzamiento de identificaciones; es el momento de crítica a una historia de déficit de suministros narcisísticos que de haber existido hubiesen posibilitado alcanzar la unificación de su personalidad.


La seducción propiciada por otro, fundamentalmente en las niñas que están realizando el pasaje a la pubertad, a la adolescencia; en función de ese déficit en la estructuración de su aparato psíquico, y la reactualización de la conflictiva preedípica y edípica, con incremento de tensión sexual somática, determinaría una dificultad en el procesamiento de dicha tensión.


Ser partícipe de la seducción y consumar la relación sexual considero que tiene el significado de una pseudosalida exogámica. En realidad sería lograr un espacio de reconocimiento por otro, ser objeto de deseo para un alguien, sería una forma de recrear la primitiva relación materno filial; sería entendido como una fusión contenedora con la que buscan ser calmadas como un bebé, sin que halla deseo sexual.


Los objetos que eligen son objetos para la descarga, no son discriminados.


Por todo esto considero que el hijo surge como una contingencia no pensada.


¿Dónde ubicamos la problemática de las adolescentes que consultan y piden protección, ayuda?


¿Hasta qué punto no están gritando con sus cuerpos la crisis de una sociedad en que el cambio de valores fundantes de la persona, posibilitadoras en el transcurrir del tiempo de un desarrollo armónico del individuo, las llevan a un descentramiento de su posibilidad de ser adolescentes en el tránsito necesario hacia la adultez?


De niña a mujer. Caminos salteados, del gateo al aerobismo, crecimiento sobreadaptado, donde el juguete casi no fue conocido. Una búsqueda de un espacio afectivo que en el camino de sus historias, se viene frustrando en sus abuelas, en sus madres; crisis generacional, de las generaciones pasadas y actuales.


Es la conocida historia para muchos e ignorada para otros, del campo y la ciudad; del indigenismo, con su identidad trastocada. Es la niña coya de la Puna, de los países limítrofes, de la selva chaqueña, misionera, es la suma de provincias, muchas con su origen indio, problemática que merece un espacio, que con una ya añosa quiebra de reconocimiento de su identidad, unido a la problemática socio-económica, deciden emigrar hacia lo que se podría llamar la “quimera del oro de la gran ciudad”.


Es el “Yo deseo ser como Tú”, adquiriendo ese Tú, la valoración de una cualidad “superior”. También las familias con una tendencia al desarraigo ( por situaciones laborales), favorecen la temprana separación de los niños; muchos han vivido desde pequeñas en casas de familias en donde a cambio de trabajo, recibían alimento, algo de vestimenta, muy poca escolaridad, y castigos corporales.


W. James, en 1890 escribió: “…la mayor fuente de terror en la infancia es la soledad…” y yo agregaría que el terror es inconmensurable en estas jóvenes.


Cuando la adolescente vive situaciones de violación, incesto, situaciones de seducción que culminan en un acto sexual genital, en su primer coito descubren qué es lo que en realidad han experimentado; “… se transforma en una herida narcisista en toda su persona. Se constituye en traumatismo para el narcisismo, tanto del sexo como de la persona de la joven; en la mayoría de los casos, ésta decide “defenderse” frente a todos los hombres, generalizando así la experiencia primera con ese “otro” no delicado, o sexualmente inmaduro. Esperaba tanto y lo perdió todo: su virginidad, sus ilusiones, su confianza en la vida…” F. Doltó (5).


Considero importante describir una serie de características que con los profesionales que me acompañan en esta tarea, hemos recortado y estudiado, a partir de las cuales, hemos elaborado la técnica de abordaje para esta problemática.


A.- Grupo Familiar

Las adolescentes atendidas en nuestro servicio de tocoginecología, provienen de familias que llamamos desintegradas, con padres ausentes por muerte, abandono, o separación. Generalmente sus madres también son mujeres solas . Tienen numerosos hijos, algunos de ellos muertos en la primera infancia. Estas familias tienen un funcionamiento deficitario, o sus roles son muchas veces cubiertos por pseudo familias adoptantes de carácter transitorio y desorganizantes de una continuidad en la cadena de identificaciones estructurantes de la personalidad.


La falla en la asunción de los roles maternos – paternos se ve agravada por necesidades económico sociales y /o geográficas, que obligan a la migración en busca de fuentes de trabajo, migración que también se impone a los integrantes más jóvenes de la familia.


Es importante destacar que esto lleva a la conformación de familias de mujeres solas (abuelas, madres, hermanas) donde el lugar de la mujer es significativo.


Considero que el interjuego que se da en el seno de estas familias, sería determinante de un particular desarrollo psicosexual.


B.- Análisis y Resultados de sus Historias:


A partir del estudio de sus historias personales, se ha observado un déficit en la estructuración de su aparato psíquico que remitiría a fallas en la organización vincular primaria; en la integración de la niña y la madre como lo que llamaría “figuras de ballet”, en cuanto a la plasticidad del mutuo encaje vincular y corporal que debería haber existido en el vínculo madre hija inicial.


Un déficit en la narcisización que ligamos a fallas en el contacto amoroso corporal con la madre entendido como un cuerpo de relaciones, un cuerpo emocional ( Piera Aulagnier) que determinaría dificultades en la demarcación del Yo corporal respecto al No yo.


Un “espacio lúdico” limitado, por un pasaje brusco a la realidad de lo “concreto” como respuesta a necesidades de superviviencia familiar y social.


Se observa el predominio de un pensamiento concreto, con el consiguiente déficit de simbolización. Ausencia de registro y reconocimiento del cuerpo ( que me llevó a pensar en un cuerpo falto de erogenización, “deportado”, vivido como extraño, en cuanto a su configuración de esquema, imagen y vivencia corporal. Un cuerpo poco catectizado que se traduce en cierta incoordinación motriz, rigidez muscular, expresada como torpeza en el manejo del movimiento en el espacio.


Cabe la pregunta en este punto del desarrollo de esta presentación y es ¿Qué función o qué lugar ocuparía este “hijo” para estas jóvenes?


La observación clínica realizada a lo largo del trabajo permite señalar que en adolescentes tempranas ( 10 a 15 años), el hijo no es registrado como tal, ni mental ni corporalmente. Tanto es así ue la información del diagnóstico de embarazo cuando concurren a la guardia hospitalaria, es recibida pasivamente, cargada de incredulidad, extrañamiento y desconcierto.


En las adolescentes que superan estas edades, existe un mayor registro con la presencia de sentimientos ambivalentes, con mayor acentuación que en otras mujeres embarazadas.


Una de las observaciones realizadas, tomando en cuenta el contexto cultural del que provienen ha sido que el hecho de estar conviviendo con animales ha funcionado como un código, que ha ocupado el lugar de la información sexual no recibida por ninguna figura significativa de su entorno familiar. Un ejemplo de ello sería lo que he dado en llamar ecuación menstruación = embarazo por estar asociado a lo que ocurre en algunas animales que se preñan durante el celo, o sea durante el ciclo menstrual. Éstas jóvenes han relatado que no mantienen relaciones sexuales durante el período menstrual, por temor a quedar embarazadas.


Puesta en Marcha de la Tarea


El abordaje institucional ( en un servicio de tocoginecología) de las adolescentes embarazadas se realiza prioritariamente a través de los Grupos de Asistencia Psicoprofiláctica del Embarazo, Parto y Puerperio.


Los lineamientos teóricos desarrollados brevemente dieron lugar a un replanteo acerca de cómo instrumentar la técnica psicoterapéutica, estableciendo diferencias con los grupos de mujeres adultas.


1. Asumimos la función de maternaje ( madre – padre) que por deficitaria mostraba sus carencias en las adolescentes.


2. El equipo médico obstétrico, neonatológico, psicológico y social, fue delineando a través de sus intervenciones lo que he definido como recrear un “aparato psíquico institucional”, entre cuyos objetivos se desarrollaran funciones yoicas y normativas que les posibilitara la decodificación, procesamiento y devolución de lo pulsional.


3. Decidí realizar un recorrido que fuese de y desde sus cuerpos hacia el encuentro de un espacio símbólico a crear.


Didieu Anzieu, en su artículo “ La piel, del placer al pensamiento”, expresa que “…la piel como la oralidad, lleva una doble función de placer y de pensamiento. Precisemos esta segunda función. La piel es la envoltura, el bolso que retiene en su interior la plenitud y la bondad que la lactancia, pero también el baño de las palabras han acumulado,la piel en su segunda función es la superficie que establece un límite entre el adentro y el afuera,la barrera que protege de las agresiones del exterior a quién está en camino de convertirse en un sr (…). Esto conduce a la idea de que la primera diferenciación del Yo en el aparato psíquico se basa en las sensaciones de la piel y consiste en una figuración simbólica de la misma, es lo que propongo como el Yo piel…”.


El trabajo corporal de preparación para el parto, se modificó al recurrir a recursos como lograr el reconocimiento de partes del cuerpo, de sensaciones corporales y lograr un funcionamiento unificado, incluyendo al hijo creciendo en su interior y el registro de éste. Tomando a Piera Aulagnier un objetivo fue buscar herramientas para lograr conectar a las adolescentes con el cuerpo de la emoción


La emoción se refiere a una vivencia y se dice saber qué cosa la provocó .


Tiene una relación privilegiada con algo visto, algo oído, con algo tocado o sea con lo sensorial.


El estado emotivo forma parte de lo que se hace ver a la mirada del otro.


Se pueden percibir los signos de participación somática que estavivencia expresa.


La emoción modifica el estado somático y son éstos signos los que se ofrecen a la mirada.


Los que conmueven a quién es testigo de ellos.


La emoción pone a dos cuerpos en resonancia. El cuerpo de uno responde al cuerpo del otro.


Estos signos y estos mensajes de fuente somática serán decisivos en la construcción del tiempo de la infancia.


Y tomando la especial situación de carencia, vulnerabilidad de estas adolescentes atravesadas por este tiempo gestante, de cierta ausencia en sus historias de experimentar sus cuerpos como partícipes de un cuerpo relacional (madre hijo), y en este presente poder reconocer y reconocerse con el hijo incluído remitiendo regresivamente a ellas mismas.


Se introduce el psicólogo en un acompañamiento corporal, verbal y afectivo, como prolongación del cuerpo adolescente cuando se observan fallas diversas como por ejemplo en movimientos de coordinación.


De esta manera como dice Roland Gori, se lograría una comunicación que logre suturar ( conciente de que esta posibilidad es parcial), la historia de ese cuerpo como cuerpo de relaciones, de las emociones; sin petrificarlo, sino como lugar de la sensación y la expresión.


De esta manera se establece una aproximación al logro del pasaje necesario que va de la representación de cosa, con un predominio de lo visual, para ir llegando a construir la representación de palabra, con predominio de lo auditivo; logrando de esta manera una apertura al espacio del lenguaje, que es el que va a ir dando sentido y forma a la experiencia corporal.


Cuando esto se logra, recién puede comenzar a hablarse de que estas adolescentes tienen la posibilidad de percibir un “otro” creciendo en ellas.


Esta experiencia les permite aprender a ensoñar y recrear el deseo perdido de la unión entre madre e hija, anudan un pasado ausente y un presente al que pueden otorgarle una significación distinta, pudiendo entonces, empezar a “acariciar el hijo”.


Es intención, que este ciclo vivido con características tan complejas sea facilitador en estas niñas – jóvenes y ahora futuras madres, de un movimiento en espiral estructurante que pueda contener término y apertura de nuevas situaciones de crecimiento.


Las respuestas acerca del camino que fueron recorriendo estas adolescentes fueron parciales, muchas continuaron con el seguimiento de sus bebés en el servicio de pediatría, otras volvieron a sus provicias de origen quizá a remedar ese vínculo parental, otras volvieron a la institución que las alberga con sus bebés, o a nuevos lugares de trabajo, con lo que el seguimiento a futuro de estas madres y sus bebés quedan truncas, y abren un gran interrogante.


Lo prioritario fue la observación de las características con las que se continuó desarrollando sus embarazos y las características de sus partos.


La adolescente embarazada temprana es considerada obstétricamente, psicológica y socialmente de alto riesgo, por las complicaciones tanto obstétricas como neonatales que pueden darse.


Al momento de realizar esta presentación (1986) se había realizado el tratamiento y seguimiento de 260 adolescentes la mayoría albergadas en una institución para madres adolescentes, que en alguna medida funcionaba como familia sustituta y que junto con el control interdisciplianario realizado a nivel hospitalario, se pudo establecer que el grupo estudiado logró modificaciones importantes tanto en las características obstétricas ( partos de término, etc.) como en los bebés, se presentaron complicaciones en cuatro adolescentes, sin afectar a los bebés. Las restantes adolescentes (256) tuvieron partos normales, se mostraron colaboradoras, instrumentando los conocimientos incorporados, muchas realizaron sus trabajos de parto casi totalmente en la institución con apoyo de las cuidadoras y sus compañeras, naciendo bebés cuyo peso osciló entre 3000 y 3.800 grs, con buena vitalidad, siendo amamantados.
Al momento de publicar este trabajo  en este espacio; ya suman más de 5000 adolescentes mujeres y sus parejas  analizadas  de acuerdo a este modelo de abordaje.


Madre Adolescente - Dadora

La problemática de la entrega en adopción de sus bebés por parte de las madres adolescentes fue una temática incluida en el tratamiento psicoprofiláctico. Cuando la adolescente se acercaba a plantear su duda frente a asumir la entrega o no de su bebé por nacer, se establecían entrevistas psicoterapéuticas  individuales destinadas a trabajar esta posibilidad, junto con el asesoramiento de la trabajadora social del equipo.


La conflictiva de la madre dadora está marcada por la misma historia de frustraciones y pérdidas que signaron a estas adolescentes.


Una de las preguntas que nos formulábamos era si entregar al hijo en adopción sería una forma de evitarles el mismo destino que a ellas.


Sería ubicarse una vez mas y a través del hijo en ese “ no lugar” de su propia historia?


Las situaciones históricas individuales y los diagnósticos realizados son tomados en cuenta frente a esta decisión en muchos casos “crucial” para la adolescente y su bebé.


A pesar de todo lo relatado también se operó un cambio, ya que prácticamente todas las adolescentes que se trataron individualmente y en los grupos, desistieron acerca de entrega a sus hijos en adopción.


El dolor psíquico apareció en toda su intensidad durante los meses de tratamiento, pero a medida que iban creando o descubriendo sus recursos psíquicos, y la red de sostén que las mantenía anidadas, contenidas pero otorgándoles recursos para continuar su crecimiento autónomo con su hijo, su decisión fue asumir la crianza de sus hijos.


La integración de las distintas disciplinas hacen posible visualizar adecuadamente y crear los dispositivos necesarios para realizar acciones preventivas y reconstructivas de un pasado carenciado que de no ser tratado se repetirá insidiosamente sobre los bebés nacidos de estas adolescentes.


De todos modos entiendo que este abordaje es parcial pero es más que instruir, con datos intelectuales y memoriosos que vienen demostrando que no sirven ya que el embarazo en los adolescentes sigue peligrosamente en crecimiento.


Abordar esta problemática desde esta mirada; significa  tomar al otro en consideración como  un otro digno de ser reconocido por sus derechos humanos; en una sociedad que amputa las posibilidades de desarrollo de determinados grupos sociales, los que presentan niveles absolutos de vulnerabilidad, por razones que todos conocemos y no se logran modificar.

Susana N. Vignolo
susanavignolo@speedy.com.ar





































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